ENERO 2020
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Número de Catálogo: 15.1-00170
Los proyectos de investigación arqueológica en la antigua ciudad de Tula han sido constantes durante las últimas décadas y sumamente productivos debido a sus importantes descubrimientos. Una de las temporadas más fructíferas se llevó a cabo en 1942, la cual fue comandada por el arqueólogo Jorge R. Acosta y en ella participó un gran equipo interdisciplinario de la Escuela Nacional de Antropología. Entre los practicantes que colaboraron en esta temporada se encontraba Alberto Ruz, quien fue comisionado para continuar las excavaciones en el juego de pelota que se habían iniciado dos años antes.
En dicha exploración se decidió intervenir el exterior y el interior de la construcción, misma que había sido despojada de su revestimiento de piedra y se encontraba muy afectada. En el extremo oeste de la construcción, debajo de una capa de escombro, se descubrió una gran cantidad de cerámica mexica, así como una escultura del dios Tláloc.
El Tláloc, esculpido con la rigidez característica de los estándares estilísticos toltecas, muestra a una deidad guerrera, pues porta un escudo en su mano izquierda y una lanza en la derecha. Como atavíos lleva una diadema real, además de un peto triangular sobre su pecho y espalda.
El peto o chaleco ritual es similar a la Coraza de Tula, encontrada en la ofrenda del impluvio de la Sala 2 del Palacio Quemado. Las similitudes de la Coraza de Tula con la prenda del Tláloc guerrero pueden reafirmar un vínculo entre los rituales y las funciones realizadas tanto en el Juego de pelota 1 como en la Sala 2 del Palacio Quemado.
Dr. Stephen Castillo Bernal
Curador-investigador, MNA
