JULIO 2023
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La punta de proyectil Folsom fue
descubierta por primera vez en 1927 en Folsom, Nuevo México, encontrada entre
las costillas de un bisonte. Posteriormente, al explorar otros sitios en
Estados Unidos, se reconoció como una cultura diferente y más reciente que la
Clovis, datada entre 12,700 y 11,500 a. p.
La particularidad de las puntas de
proyectil Folsom es la acanaladura que se extiende casi hasta la punta, lo cual
las distingue de las puntas Clovis. Esta
acanaladura se ha explicado como un mecanismo para facilitar su sujeción a un
astil de madera, lo que permitiría desangrar más fácilmente al animal. También
se plantea que esto evitaba la fragmentación del dardo durante su uso
constante, permitiendo reutilizar las puntas. Además, se cree que las
acanaladuras podrían tener una función simbólica de decoración e identidad
étnica. Recientemente, se ha propuesto que la acanaladura era una adaptación
para hacer más eficiente la caza del bisonte, lo que explicaría por qué dejaron
de usarse cuando esta especie se extinguió.
En la colección de la sala de poblamiento
de América contamos con dos ejemplares de estas puntas. La primera fue
descubierta en 1956 en la superficie cerca de un asentamiento conocido como La
Mota, a 52 km al noroeste de Ciudad Juárez. Estaba asociada a restos de
proboscídeos en terrenos aluviales del Pleistoceno.
El segundo ejemplar -y nuestra pieza del
mes- se localizó en el rancho la Chuparrosa, en el estado de Coahuila cerca del
río Bravo. Es un fragmento distal de punta de proyectil, presenta en ambas
caras una acanaladura. Al carecer de base es difícil clasificarla como Folsom,
sin embargo, la característica de la acanaladura hasta casi la punta permite
integrarla a este grupo. La punta está rota, presenta una muesca en uno de sus
bordes, la cual se atribuye a estar expuesta en superficie. Se seleccionó sílex
de color café claro para su manufactura que procede de las calizas marinas
cercanas. Se le otorga un fechamiento del pleistoceno por comparación con otros
ejemplares de sitios de Norteamérica.
Se considera que los grupos Folsom son los
que se desplazaban más, ya que seguían las costumbres migratorias de sus
presas, los bisontes, y además se movían por un amplio territorio para buscar
la materia prima necesaria para fabricar sus puntas de proyectil. Los hallazgos
Folsom registrados en México nos hablan de la extensión más sureña de este
tecnocomplejo.
Arqlgo. Juan Martín Rojas
Curador-investigador, MNA