PIEZA DEL MES ETNOGRAFÍA

JUNIO 2023

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Número de Catálogo: 5658


Número de Inventario: 222987


Sombrero de tlacololero


En Guerrero, en la región centro, un conjunto de danzas muy importantes son las llamadas del Jaguar, entre las que se encuentra la de Tlacololeros o Tecuanes. Es una danza que tiene un origen muy antiguo, existen antecedentes desde el siglo XIX. Es una danza de connotación agrícola. El término Tlacolol alude a un sistema agrícola que se realiza en Guerrero en terrenos con pendientes pronunciadas, la peculiaridad de este sistema agroforestal es que cuando se realiza la roza se dejan en pie algunos arbustos y árboles silvestres para que éstos rebroten y se recupere el bosque. El tlacololero es el que trabaja en estos terrenos donde se siembra maíz, frijol y calabaza.

Los participantes de la danza visten como parte de su atuendo un sombrero muy grande de ala muy ancha; la parte delantera está cosida a la parte superior de la copa, para que no caiga sobre la frente. El sombrero está tejido con tiras trenzadas en palma de xoyate, empezando por la copa. La peculiaridad de este sombrero, es que, en determinadas fechas del calendario ritual, el sombrero es adornado con flores muy vistosas como cempaxuchitl, mascadas o paliacates. Forma parte también de la indumentaria la máscara elaborada en madera de parota, colorín o zompantle y pintura. El traje es de costal de yute muy suelto con un cinturón de ixtle.

En la danza participan 14 tlacololeros cada uno con un nombre distinto: El maizo, El Salvador, el tlacololero, el tepachero, el tecorralero, el teyolero, el jitomatero, el chile verde, el ventarron, el rayo seco, el colmenero, el frijolero, el xocouotillo y la perra maravilla. Además, el tigre o jaguar que siempre trae en la mano un chirrión que suena constantemente.

Existe un mito fundacional de la danza de tlacololeros o tecuanes; narra la historia de dos hacendados que pertenecen a las tribus Zapoteca y Chichimeca, de pronto a ambos, los viejos Moranchi y Lucas, se les comienza a perder su ganado y cada uno tiene la sospecha del otro por el robo. Entonces se reunen ambos para aclarar los extravíos y se dan cuenta de que no son ellos quienes los roban, sino el “tigre” el responsable y planean cómo atrapar al ladrón, y deciden cazarlo.

Dra. Lourdes Báez Cubero

Curadora-investigadora, MNA