Las colecciones etnográficas

Las colecciones etnográficas

El MNA alberga una magnífica y vasta colección de objetos etnográficos. Una parte de ellos está distribuida en las 11 salas que conforman la museografía en el segundo nivel del museo y la otra parte se encuentra en resguardo. Esos objetos reúnen características distintivas de la cosmovisión y vida cotidiana de los pueblos indígenas del México de hoy. Algunas piezas datan de la Colonia, como es el caso de algunos textiles. Los objetos cuentan con diversidad de materiales, como cerámica, cestería, madera, pluma, tejidos de algodón, lana, seda, piel y plata, entre otros. Los formatos y técnicas de manufactura van desde lo simple a lo complejo: la maestría del machiembrado (técnica usada en trabajos de madera), las incrustaciones, los herrajes, el refinado trabajo de la filigrana, la destreza artística del arte plumario, el manejo de los pigmentos naturales y la creatividad que apela a los corpus de creencias representadas en las máscaras.

¿Cómo se conformaron esas colecciones? ¿Quiénes reunieron esos objetos para el museo? Quizá estemos familiarizados con el proceso que siguieron las colecciones arqueológicas, pero hay que reconocer que las etnográficas tuvieron el suyo propio. Desde la concepción del museo en la calle de Moneda, uno de sus objetivos fue rendir homenaje a los pueblos indígenas vivos. En la planeación del proyecto se designó un equipo que llevaba por nombre “Equipo Asesor de Profesionistas Antropólogos, para las Instalaciones Museográficas”. Sus colaboradores, como lo señala el documento original titulado “Consejo Ejecutivo para la Planeación e Instalación del Museo Nacional de Antropología”, fueron seleccionados por su vasta experiencia como profesionales de la etnografía y la antropología. Los nombres que se reunieron para esa privilegiada tarea fueron (cita del texto original):
Prof. Wigberto Jiménez Moreno: Asesor de la Sala General de las Culturas Indígenas de México y en las exhibiciones de Etnografía de Nahoa, Otomí, Mazahua, Pame, Otomí de Querétaro y Guanajuato.
  • Prof. Alfonso Villa Rojas: Coordinador General de Exhibiciones Etnográficas y Asesor de las exhibiciones de Etnografía Maya y grupos afines, Mazatecos, Mixes y Huicholes.
  • Prof. Fernando Cámara: Asesor de las Exhibiciones de Etnografía de los grupos Kikapú, Jova, Warijío, Pima, Opata, Tarahumara, Yaqui y Mayo.
  • Prof. Ricardo Pozas: Asesor de las Exhibiciones de Etnografía de los grupos Seri, Tarasco y Mame.
  • Profa. Barbro Dahlgren: Asesor de las Exhibiciones de Etnografía de los grupos Cora, Tepehuan, Huichol, Nahoa de Tuxpan y Zoque.
  • Prof. Roberto Williams: Asesor de las Exhibiciones de Etnografía de los grupos Totonaco, Otomiano de la Sierra de Puebla, Huaxteco y Popoluca.
  • Prof. Roberto Weitlaner: Asesor de las Exhibiciones de Etnografía de los grupos Cuitlateco de Guerrero, región norte del Balsas, Sierra Madre del Sur, Este de Guerrero, Zapoteco, Mixteco-Trique, Chinanteco, Cuicateco, Chontal, Huave y Popoloca-Chocho-Ixcateco.
La labor fundamental del asesor fue crear y redactar un guion museográfico de cada región cultural de su especialidad, que sirviera “como instrumento de base para la recopilación, ordenamiento e interpretación de todos aquellos materiales, objetos y datos”. Luego el Equipo de Planeación e Instalación Museográfica diseñaría y montaría cada sala.
Es importante mencionar que los documentos señalan que el trabajo realizado por los investigadores los llevó a discutir, plantear y reconsiderar posicionamientos y enfoques de la antropología que se hacía entonces en el país. Uno de los logros más importantes de esas investigaciones para los etnólogos fue “la delimitación razonada de las muy diversas áreas etnográficas del país”. Ese ejercicio los llevó a nuevos conocimientos y aportes que hasta esa fecha no habían sido considerados o simplemente se tenían relegados.
Además de esa tarea, el equipo de asesores antropólogos tuvo a su cargo otra labor: realizar un “estudio exhaustivo” de las colecciones con las que contaba el museo en esa fecha (1961), para entonces elaborar las relaciones de los materiales que debían adquirirse y los procedimientos para obtenerlos. Ese trabajo se orientó con la idea de que cada una de las exhibiciones del museo contara con una colección completa que ofreciera “un panorama realmente completo, veraz y científicamente integrado, de la Antropología Nacional”. Para enero de 1962, esos trabajos estaban terminados y listos para salir a campo; a continuación se mencionan algunos ejemplos:
  • Los kikapú de Coahuila. - Guión presentado por el Etnol. Fernando Cámara Barbachano.- P.I.M.N.A.- 53 págs.- Julio de 1961.
  • Los huicholes (cultura no material).- Guión presentado por el Etnol. Alfonso Villa Rojas. - P.I.M.N.A.- 56 págs.- Agosto 1961.
  • Los seris de Baja California y Desierto de Sonora. - Guión presentado por el Etnol. Ricardo Pozas; P.I.M.N.A.- 77 págs. Agosto de 1961.
  • Los nahoas de Tuxpan, Jalisco. - Guión presentado por la Etnol. Barbro Dahlgren Jordan.- P.I.M.N.- 25 págs.- Septiembre de 1961.
  • Los mayas de Tierras Bajas. - Guión presentado por el Etnol. Alfonso Villa Rojas; P.I.M.N.A.- 128 págs.- Septiembre de 1961.
De acuerdo con los documentos emitidos por el Consejo, a principios de 1962, 80% de los guiones estaba entregado y listo; el resto, en avanzado estado de investigación, se terminaría para el primer trimestre de ese mismo año.
Fue ahí cuando las relaciones entre asesores antropólogos y museólogos se estrecharon y las reuniones se regularizaron periódicamente para planear las exhibiciones. En esas reuniones se ajustaron los guiones a la realidad y se unificó el desarrollo museográfico con un esquema detallado preparado junto con un cuestionario, para definir la manera en que la exposición se organizaría internamente con la estructura ideal de cada sala.
La utilidad de un cuestionario auxiliar, como lo explican los documentos, era hacer consultas a los asesores sobre los datos del guión necesarios para el esquema operacional, así como subrayar los aspectos de los que se requeriría más información. La sensibilidad visionaria de esos dos equipos llegó a su fusión más entrañable cuando establecieron que cada una de las exhibiciones “imprima unidad de presentación a todas las exposiciones futuras del museo”.